Ayuda Para Dejar la Iglesia
Si dejar de creer en Dios, abandonar la religión o salir de la iglesia le está causando problemas emocionales y usted, por causa de ello, necesita a alguien para conversar y asesoramiento, entre en contacto conmigo.
Curándose del Síndrome del Trauma Religioso
¿Cuál la probabilidad de que una persona que nunca haya seguido religión alguna crea en seres y lugares invisibles? Pues. La mayor prueba de que religión es un lavado de cerebro es que le hace a usted creer en cosas que no existen.
Aunque tienen una base común, obviamente las religiones no son iguales. Algunas son peores que otras. En tratándose del Cristianismo, cuanto más biblicista una denominación, más profundo el lavado de cerebro y, consecuentemente, más penosa la desprogramación, que puede llevar más tiempo si la persona, como dicen, fue criada en la iglesia.
Quien nunca fue miembro de iglesia, o de una salió con facilidad, no consigue imaginar que el Cristianismo pueda causar traumas psicológicos. Aunque en ella no (más) cree, ve la religión de Jesús como inofensiva. Eso se debe al hecho de que el Cristianismo es antiguo. Fue traído a las Américas hace 500 años por los europeos, que lo practicaban ya hace siglos. Por consiguiente, está enraizado en nuestra cultura. A él acostumbrada, la mayoría de las personas piensa solo en sus doctrinas bonititas, como perdón y caridad. La verdad es que el Nuevo Testamento enseña también cosas con el potencial de generar trastornos emocionales y que pueden continuar a atormentar las personas que ya salieron de la iglesia, por ejemplo:
- Alienación de la realidad (El mundo está bajo el dominio del Diablo y es malo. Casi todo es mundano, es decir, pecado. Su mundo es el Cielo).
- Aterrorización (El pecado contra el Espíritu Santo, profecías sobre el fin del mundo y el Juicio Final empavorecen a las personas y infligen miedo a perderse).
- Aversión a erudición (Inteligencia y sabiduría son locuras. El Reino de los Cielos es de los pobres de espíritu).
- Control total (Dios le está vigiando día y noche y anotando en un libro todos sus actos y pensamientos).
- Crueldad (Tortura eterna en un lago de fuego y azufre, inclusive por simplemente dudar).
- Enseñanzas imposibles y malas (Amar a sus enemigos, no preocuparse con el mañana y ser perfecto como Dios. Con fe, todo es posible. No defenderse de agresiones físicas, nunca negar préstamos a las personas, vender todo para seguir a Jesús y por su causa odiar a la propia familia y a la propia vida).
- Fanatismo (Demonios existen, entran en personas, causan enfermedades y tienen que ser expulsos por medio de exorcismo).
- Humillación (Usted es malo de nacimiento, insignificante, indigno, merecedor de castigo y necesitado de salvación).
- Imposición de culpa y vergüenza (Usted también es responsable de la tortura y muerte de Jesús).
- Inferiorización de la mujer (La mujer debe ser sumisa al hombre porque fue creada después de él y para él. Que en el mundo hay desgracias y sufrimientos, que son consecuencias del pecado, es culpa de la mujer).
- Injusticia (Por Eva y Adán haber desobedecido a Dios usted también merece sufrir).
- Promesas absurdas y peligrosas (No es necesario buscar ayuda médica y tomar remedios, pues enfermos pueden ser curados por el poder de la oración).
- Represión sexual (Sentir atracción sexual por una persona sin con ella ser casado es pecado. La homosexualidad es mala y homosexuales merecen morir).
- Sacrificio humano (La crucifixión de Jesús para aplacar la ira de Dios y la glorificación de Abraham y Jefté, que se dispusieron a inmolar sus hijos para Dios).
- Sadismo (Para testar su fe, Dios le hace, o deja, a usted sufrir. Si es perseguido y sufre por causa de Jesús, usted tiene que alegrarse).
- Sumisión incondicional (Todos los gobernantes son instituidos por Dios. Consecuentemente, también los malos).
Librarse de la iglesia es relativamente fácil, comparado con libertarse de la estructura psicológica de la religión cristiana. Ejemplos de patrones mentales reforzados por el Cristianismo:
- Detección hiperactiva de culpa (¿Usted conoce alguna otra religión que culpa a las personas hasta por crímenes que ellas no cometieron [la desobediencia de Adán y Eva y la crucifixión de Jesús]? Santiago 5:16 manda a los cristianos confesar sus pecados los unos a los otros, convirtiéndolos en verdaderos halterófilos del músculo de la culpa. Vivimos en un mundo lleno de cosas que debemos y no debemos hacer. Una vez que el Cristianismo biblicista a todo le da un enorme peso, fallas del día a día [cosas que dejamos de hacer y objetivos que no alcanzamos] son vistas como fallas morales).
- Idealizando líderes (Vivir en una nube de ansiedad nos vuelve más susceptibles a demagogos y autoritarios, personas que exudan la autoconfianza que nos falta, transmiten saber lo que es verdad y correcto y cómo solucionar problemas, se alimentan de nuestros miedos y voluntad de ser buenos y hacer el bien. Aprovechandose de que nos sentimos pecadores, nos dicen cómo podemos redimirnos. Exploran nuestro pensamiento dicotómico, reforzando nuestra sensación de que las personas que no comparten nuestra visión de mundo son malas y deben ser silenciadas o derrotadas).
- Los buenos y los malos (Jesús dijo: “El que no está de mi parte está contra mí; y el que conmigo no recoge, esparce”. En el pensamiento en blanco y negro, las personas son o uno de nosotros o uno de ellos, o patriotas o comunistas, o antirracistas o racistas. Discordancia es sinónimo de herejía y separación. Cuando cristianos descubren defectos de figuras públicas, como Bill Gates, las mudan de la caja de los buenos a la caja de los malos. El Cristianismo no ofrece un modelo mental en que las personas son complicadas y, aun así, decentes. Somos todos caídos [según Juan Calvino, totalmente depravados] y o lavados en la sangre de Jesús o herramientas de Satanás).
- Nunca sentirse suficientemente bueno (Visto que son conscientes de sus fallas, muchos cristianos encuentran difícil ellos mismos quedaren fuera de la caja de los malos. Algunos alternan entre “Soy una maravilla” y “Soy una basura”. Otros tienen un irritante crítico interno que les dice que nada de lo que hacen es lo bastante bueno. Después de todo, el patrón bíblico es la perfección).
- Pensamiento todo o nada (No existen pecaditos. Jesús dijo que una persona puede ser arrojada al lago de fuego y azufre apenas por maldecir. Jesús mandó a las personas que sean perfectas. Pedro les manda que sean santas. Cristianos moderados son menospreciados como tibios, por lo que son vomitados de la boca de Dios. Usted está o salvo o perdido. ¿Deporte? Disfrutar no es suficiente. Usted necesita sumergirse en cuerpo y alma [“Sin dolor, sin ganancia”]. ¿Trabajo? Usted es un trabajador de verdad solo si vuelve a la computadora después de la cena. El derecho de fanfarronearse comienza con 60 horas por semana. ¿Política? Cuanto más absolutistas sean sus declaraciones, más seguidores usted ganará).
- Problemas sexuales (Para muchos excristianos, es imposible hablar de culpa sin hablar de sexo. En la Biblia, el sexo tiene tanta gravedad que adulterar y codiciar la mujer del prójimo llegan a dividir la lista de los diez peores pecados con matar y hurtar. A la virginidad y pureza de María [solo una mujer no usada podría ser buena lo suficiente para dar a luz a un hijo perfecto] es dado un valor tremendo. El libro de la tapa negra transmite la idea de que sexo es una cosa inmunda. Prueba de ello es que, tras el coito, hombres y mujeres tenían que purificarse ceremonialmente — a pesar de estar casados. La mayoría de las iglesias, si no todas, considera la masturbación pecado. Algunas hasta juran que ella hace mal a la salud. Confirmando el Viejo Testamento, el Nuevo arroja a todos los homosexuales en la misma olla y los acusa de elegir ser homosexuales, aún por encima por el mero placer de practicar la maldad).
- Ruptura apocalíptica (Excristianos ya no esperan el arrebatamiento, la marca de la Bestia o Jesús montado en un caballo blanco. Aun así, la idea de fin del mundo, ahora en forma, por ejemplo, de holocausto nuclear, pandemia o superpoblación, todavía asombra a muchos de ellos y afecta su cosmovisión).
- Vivir para el mañana (Personas que consagran su vida a Dios se enfocan más en el futuro que en el presente. Para quien tiene la mirada puesta en el premio celestial, las pequeñas maravillas del día a día, que constituyen el centro de la alegría de una vida consciente, son meras distracciones. Una canción cristiana estadounidense sobre el Paraíso dice: “Es una felicidad saber que estoy solo de paso”. El hábito de enfocar en el futuro puede dificultar concentrarse en el presente, ver y disfrutar las bellezas del momento).
Hace algún tiempo usted se dio cuenta de que la Biblia contiene absurdos. Eso genera conflicto interno: usted fue inducido a considerar bueno el Cristianismo, pero, ahora, percibe que el libro en que él está fundamentado enseña también maldades. Por algún motivo, el lavado de cerebro religioso no está más consiguiendo le forzar a usted a justificar las doctrinas perversas de la Palabra de Dios. Además, usted nota que entre mucho de lo que la Biblia dice y la realidad hay una gran discrepancia.
Usted quiere libertarse de esa prisión ideológica, pero ese es uno de aquellos casos en que hablar es fácil, hacer es que es difícil. Después de todo, el lavado de cerebro religioso pasó, quién sabe, décadas amenazando a usted de tortura en un lago de fuego y azufre por dudar. En usted, ella inculcó que hesitar es malo y culpa suya: usted está siendo débil y dando oídos al enemigo. Además, muy probablemente toda su familia y todos sus amigos son evangélicos. Tal vez usted hasta trabaje para un miembro de la iglesia. Por ello, usted se siente solo, tiene recelo y no sabe cómo proceder. Estoy seguro de que estas reflexiones le ayudarán:
Concientícese de que el miedo que usted tal vez todavía tenga de definitivamente romper con la religión fue embutido en usted por ella misma. No es necesario ser un genio para percibir que la amenaza de castigo infernal es un arma para le impedir a usted huir de la prisión religiosa. Es Dios apuntando un revólver a su cabeza y diciendo: “Cree en mí, obedéceme, ámame y adórame, si no…”. Ahora bien, cualquier sistema de ideas que le coaccione a usted aceptar y le intimide a no cuestionar es perverso y merece ser tirado a la basura.
Sea honesto consigo mismo. La religión no está más haciendo sentido para usted. Entonces, deje de forzarla a hacer sentido. Exactamente como en una relación abusiva, la religión pone la culpa en usted y le manda esforzarse más. Caiga en la realidad. Usted ya percibió que religión es un universo paralelo. Deje, por tanto, de intentar vivir en el universo paralelo de la religión. Si, por recelo de lastimarlos o enojarlos, usted está manteniendo las apariencias, haciendo de cuenta que todavía cree, un día usted tendrá que decir la verdad a sus familiares y amigos. No es fácil, pero necesario, para tener integridad personal y salud mental. No ahorre las personas de tener sentimientos negativos para con su pérdida de fe. Usted no está cometiendo mal alguno. Sus relaciones pasarán por algunos desafiantes ajustes, pero valdrá la pena. Si usted es un adolescente y sus padres le amenazan de castigo físico, denúncielos. Nadie tiene el derecho de le obligar a usted ir a la iglesia.
Cálmese. Calmándose, usted retomará el control de su mente. La religión pasó años le intoxicando a usted. Entonces, desintoxicarse de ella lleva tiempo. Usted tendrá que lidiar con diversas emociones y sentimientos, como ansiedad, rabia y soledad. Con todo, poco a poco usted reconquistará la confianza en su habilidad para pensar por sí mismo, expresar sus propios puntos de vista y tomar decisiones. Al fin, sus heridas sanarán. Usted se sentirá más fuerte y capaz de amarse y cuidar de sí mismo. Aun que se sienta solo, usted no lo está. Mucha gente pasó por lo que usted está pasando. Lea historias de desconversión. Si es difícil dejar el Cristianismo, piense en cuanto más difícil es dejar el Islamismo. A pesar de ello, cada año miles de personas abandonan el Islam y se tornan ateas, o irreligiosas. Algunas comparten su experiencia en libros o en la internet.
Religión intoxica no solo intelectual, sino también psicológicamente, sobre todo si usted fue adoctrinado, es decir, intoxicado desde niño. Una persona puede libertarse de la religión y aun así continuar a ser por ella afectada. Doctrinas como Infierno y Fin de los Tiempos todavía pueden hacerla tener pesadillas. Haga el trabajo de curar las heridas del abuso religioso. Obtenga apoyo y ayuda de todas las maneras que pueda, de grupos online y locales, pero, si necesario, también de un terapeuta.
Religiones tienen mucho en común con dictaduras. No quieren que usted sepa demasiado, descubra sus podredumbres. Usted pasó años oyendo que la Biblia es divina y que su iglesia fue instituida por nadie menos que el propio Creador del Universo. Aprender sobre como ese amontonado de copias de copias de más copias de trapos de fragmentos de pergaminos de la Edad del Hierro con historietas también de la Edad del Bronce fue compilado confirmará a usted que de divino la Biblia nada tiene, y investigar la historia de las iglesias acabará con el último rescoldo de encanto que usted todavía pueda tener por la suya. Todas las denominaciones provienen de discordias y rupturas. El propio libro de la tapa negra cuenta que los primeros cristianos peleaban entre sí sobre quien sabía lo que Dios realmente quiere. No mucho después, los adoradores de Jesús vendrían a pasar siglos mutuamente masacrándose por causa de la Palabra de Dios. No hay, por lo tanto, razones para usted sentirse mal por rechazar la Biblia. Un libro que genera tanta arrogancia, confusión, división, hostilidad y violencia merece ser rechazado. La religión no está más controlando su mente. Usted, ahora, es libre para adquirir conocimiento, por ejemplo, en Historia, Filosofía y Ciencia. Disfrute esa libertad.
El Cristianismo infantiliza las personas. Cosas buenas vienen de San Nicolás, alias Papá Noel (Dios) y cosas malas vienen de Krampus (Diablo). Usted es un robotito controlado o por Jesús o por Satanás. La religión cristiana torna las personas también dependientes. “Débil y sin vigor”, como dice una famosa canción evangélica, usted no sale de casa sin implorar protección divina, y es sólo con la ayuda de Dios que usted alcanza alguna cosa. Liberto de esa infantilidad, usted necesitará repensar quién es usted y qué es la vida. Tendrá que aprender a confiar en sí mismo y asumir responsabilidad por sus elecciones. Cree una vida en torno de nuevos valores y que funciona para usted. La vida es una aventura. Entonces, aventúrese. Ábrase para nuevas experiencias y amigos.
Evangélicos son condicionados a ver su iglesia como su familia y entrenados a repetir “Dios está en el comando”. Con su doctrina de recompensa tras la muerte, el Cristianismo le hace a usted negar la realidad, alejándole del mundo. Ahora bien, perfección no existe en lugar alguno del Universo. Luego, en este planeta tampoco. Él, sin embargo, es el nuestro mundo. Entonces, encare la realidad. Encararla le ayudará a usted encarrilar su vida. Acepte la idea de que su casa es la Tierra y su familia, la Humanidad. Cualquier niño percibe que ningún dios está en el comando. Mejorar el mundo depende de nosotros. Usted puede contribuir para la solución de algunos problemas. Estamos todos interconectados. Júntese a otros para tornar nuestra casa un lugar más agradable.
A medida que reconoce que usted forma parte no de un mundo invisible, imaginario, sino de este, el real, usted percibe que, al contrario de lo que la religión en usted inculcó, usted tiene valor y no necesita merecer existir. Abrace esta vida, sin preocuparse de la próxima. Disfrute estar vivo. Usted tiene el derecho de gozar la vida sin sentimiento de culpa. Su vida, ahora, no es regida por un montón de reglas, muchas de ellas ridículas, sino por solo una: no hacer mal. En vez de juzgar las personas, busque apreciarlas. Recupere su creatividad y exprésese como quiera, y no más para glorificar un ser invisible. Ámese y enorgullézcase de sí mismo. Considerando que la religión todavía aprisiona la mente de miles de millones de personas, siéntase privilegiado y disfrute el inestimable placer de ser un librepensador.
[Escribí este texto inspirado en ideas de dos grandes psicólogas, las doctoras Marlene Winell y Valerie Tarico, especializadas en desprogramación del lavado de cerebro religioso.]